En su día fue el hotel pionero de la ciudad a excepción, como es lógico, del Parador Nacional de Turismo inalcanzable para gran parte de la sociedad de la época. Mereció incluso una postal de la famosa colección pri-mera de “escudo de oro”.
La foto se hizo días antes de la demolición e incluso en la puerta que era la tradicional entrada al bar y res-taurante está colgado el cartel de la empresa que llevaría a cabo la misma.
Como casi siempre la zona se ha vuelto a elevar casi en dos alturas como producto de una nueva opera-ción financiera en la construcción.
Es, en definitiva, un pequeño homenaje a un hotel que prestó un buen servicio a la ciudad y que, como tan-tas otras cosas, ha desaparecido.